miércoles, 11 de septiembre de 2019

Propaganda impopular: No más alcohol en fiestas patrias del trabajo



A  pocos días del inicio de las añoradas “Fiestas Patrias”, al diputado DC Gabriel Silber no se le ocurrió nada mejor que iniciar una campaña que busca prohibir el consumo de alcohol en celebraciones laborales. En estas fechas a todos les está bajando la productividad notoriamente y cómo no si de alguna manera hay que justificar el día extra que tendremos y los aguinaldos, en caso de que los haya. Y está bien, más que mal está haciendo su trabajo pero con su iniciativa  se está olvidando  que los chilenos además de ser reconocidos por malas mañas en otros países, también llevamos la batuta al momento de celebrar. Buscamos cualquier excusa para beber y  con mayor razón si es gratis, en la época más esperada del año.
Ahora bien, la explicación de esta súper idea es evitar que las mujeres sufran abusos sexuales por parte de sus jefaturas o pares. No sabía yo que el alcohol fabrica degenerados.   Al parecer el diputado tiene la percepción equivocada y retrógrada de aquellos que responsabilizan al alcohol por hacer cosas indebidas o de “apagar la tele” como le llaman a la pérdida temporal de la memoria,  en vez de asumir las culpas como corresponde.
Además, al menos en mi mundo, el alcohol tiene un alcance transversal y no distingue géneros. Así como puede causar que los hombres se vuelvan más “cariñositos”, lo mismo puede hacerles a las mujeres. Aunque lamentable, lo cierto es que estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan a Chile como el cuarto país en América donde hay más consumo de alcohol después de Uruguay, Argentina y Estados Unidos. Lo que es peor, las mujeres chilenas son apuntadas como las que tienen más episodios de borrachera en Latinoamérica; aun así,  los hombres siguen llevándoles la ventaja hasta cuatro veces más.
No obstante lo anterior, lo que más me  inquieta de esta campaña si es que se lleva a cabo es que ¡se está subestimando la fuerza de voluntad de los chilenos!…no, en serio, no creo que se les esté haciendo un favor a las mujeres al pretender que el alcohol es el responsable de la vulnerabilidad a la que pueden ser expuestas en situaciones donde este esté presente. Convengamos en que el tema que nos convoca hoy es una celebración puntual pero el acoso puede darse en cualquier contexto: cuando la persona es degenerada lo es aquí y en la quebrá del ají”.
En el ámbito laboral se trata de adultos que deberían saber lo que hacen “buenos y sanos” y con “agua en el bote”, a pesar de que está comprobado de que gracias alcohol la zona de nuestro cerebro que controla el sentido común se relaja y, por ende, tanto hombres como mujeres se desinhiben, eso no es pretexto para echarle la culpa de las estupideces que podemos hacer cuando estamos bajo sus efectos.  No por nada el dicho popular, “con un par de piscolas”… complete la oración.  Hay que saber distinguir entre lo laboral y lo personal,  obviamente no se trata de “mostrar la hilacha” frente a los jefes tampoco. Déjenlos que disfruten de compartir todos en una misma mesa  una vez al año, después de todo pasan más de 300 días poniéndoles la cara y aguantando el trabajo bajo presión; mientras no  se tomen hasta el agua del florero, todo bien.
Por otro lado, el verdadero sentido de las fiestas patrias se perdió hace rato. Ese que celebraba la primera junta nacional de gobierno ocurrida el 18 de septiembre  de 1810, evento que se  conocía popularmente como la independencia de Chile. A estas alturas debo enfatizar  que fue ocho años después, el 12 de febrero cuando el país fue reconocido y proclamado como una nación soberana y libre. Y no es que piense que en Chile reina la ignorancia, pero “por si las moscas”, no está de más recordar.
Por todo lo anterior, hablar de “patriotismo” para justificar el beber de más en esa semana sería solo eso: una pantalla. No por nada en cada fonda o eventos de la chilenidad  se escucha de todo menos la danza nacional, mi querida pero ignorada cueca. Sobre todo, por esta cosa de la “multiculturalidad”, cada vez son menos los coterráneos que atienden las mesas en estos locales así que muy chileno no es el ambiente que digamos. Para qué mencionar que en el caso de sonar “La Consentida” o “El Guatón Loyola” la mayoría vuelve a sus asientos, pero no vayan a tocar cumbia, reggaetón o salsa, porque se llenan las pistas en un abrir y cerrar de ojos. Por eso prefiero mil veces las fiestas costumbristas, al menos en ellas se respetan más las tradiciones y el folclore.

Cada quien sabe dónde le aprieta el zapato y definitivamente el trasfondo de todo esto es, para variar, cultural; falta mucha educación en Chile respecto de drogas legales e ilegales y que aprendamos a decir “No” o “Suficiente”. Lo mismo ocurre con la comida chatarra, nos llenan de sellos y advertencias_ si igual nos devoramos los chocolates o postres aunque con culpa, claro_ o prohíben su consumo en colegios porque no sabemos cerrar la boca. Simple, si sentimos que nuestra temperatura bucal aumenta por no decir que se “nos calienta el hocico” pensemos un poquito más antes de actuar, aunque sé que quizás estoy pidiendo mucho; lo que en verdad debe preocupar son las consecuencias en la seguridad  al conducir ebrios exponiéndonos unos a otros y en la salud, abusando de nuestro pobre hígado hasta más no poder.

1 comentario:

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