jueves, 17 de octubre de 2019

Guasón: "De Payaso fracasado a Bufón admirado"




Cuando  niños solemos admirar a los superhéroes y aspiramos a ser como ellos. En nuestra dulce inocencia soñamos con tener poderes y enaltecemos el sentido de justicia a un nivel superior. Sin embargo, de adultos,  después de una vida llena de dulce y agraz, de experiencias con la realidad y decepciones de la misma, podemos llegar a entender a los villanos. Esto es lo que al menos a mí me ocurrió después de ver al  “Guasón” interpretado por el grande  Joaquin Phoenix.
            La película, basada la editorial DC Comic  e independiente del universo extendido de esta misma, se estrenó el 31 de agosto en la 76° edición del Festival del Cine de Venecia, donde obtuvo el León de Oro, galardón máximo del evento. Y en Latinoamérica, desde que llegó a la pantalla grande el 3 de octubre ha batido records en taquilla  y con razón; merece la excelente crítica que se le ha dado  no sólo por el desempeño de su protagonista ni la acertada visión de su director Tod Phillips, sino que también por sus bajos costos de producción. Es valorable  que con un presupuesto de 55 millones de dólares, la mitad de su antecesora, Venom, haya recaudado apenas en dos semanas más de 500, aumentando en un 1000% su inversión. 
            “Joker” no es la película común de superhéroes y villanos que estamos acostumbrados a ver en los cines, esas en las que el bueno vence al malo en un desfile de poderes y elementos de ciencia ficción. El filme te mantiene en suspenso de principio a fin, te remonta a tu pasado y te hace empatizar con el protagonista al entender cómo situaciones trágicas de la niñez te definen en tu vida adulta. Te invita a reflexionar en un género que calza más con el terror psicológico que con la acción. Una propuesta alternativa que no deja espacio a reparos, con una dirección de arte brillante y una puesta en escena sombría y tétrica en consecuencia con la época y locación en la que está ambientada: la mítica ciudad Gótica.
El éxito de “Guasón” debe tener a Warner Bross temblando de arrepentimiento  literalmente por no haber dado muchos pesos, más bien dólares por ella.  Cuando no creen en ti en tu propia casa y le doblas la mano a tu suerte es  un triunfo redondo para tu ego y en este caso los créditos son para todos quienes están detrás de esta obra cinematográfica. Gran parte del éxito de una película depende del reparto pues una idea pude ser muy buena pero si los actores no dan la talla, sólo quedan en buenos proyectos y viceversa, buenos protagonistas pueden de igual manera dar vuelta una mala historia. En el caso del “Joker”, sin embargo, fue una apuesta arriesgada con más puntos en contra que a favor, que resultó en una victoria indudable.
Joaquin Phoenix  me tenía enamorada desde que personificó al emperador Cómodo en “El Gladiador” del 2000 con unos 20 kilos más y los mismos años menos, no obstante, con su  magistral actuación del excéntrico infeliz al borde de la anorexia terminó de volverme loca. Su capacidad de generar amor y odio hacia su personaje _el mismo que con interpretaciones anteriores me fue totalmente indiferente _me cautivó; es que el papel de “chico malo” le queda como anillo al dedo. Interpreta a la perfección el proceso de transformación de un fracasado payaso que aspira a ser comediante,  a un bufón de tomo y lomo y esto, eriza los pelos. Los detalles que nos presentan su pasado y presente son tan sublimes que logran develar  cuidadosamente la evolución paulatina hacia su alter ego,  el que finalmente termina por consumirlo.
Ante lo anterior, es imposible no recordar la interpretación de Natalie Portman en “El Lago de los Cisnes” que la hizo acreedora de un Óscar. De seguro con “Joker”, Phoenix va por el mismo camino, además de llevarse créditos extra por esa risa patológica aguda e incontrolable que logra perturbar al espectador. Merece ovación su particular manera de permitirnos transitar en su personalidad distorsionada para entender desde la raíz los motivos que lo llevan a revelar su verdadera identidad en contra del  entorno oscuro, egoísta y superficial que lo rodean.
Jamás empaticé tanto con un villano como ahora. Poder ver el lado sensible de un psicópata antes de convertirse en bestia con ese nivel de realidad, es soberbio. Y es que en la vida nada es blanco o negro, siempre hay matices. No existe certeza absoluta de cómo somos, por lo que los recovecos de la mente humana jamás terminan de  sorprendernos. Es sabido que no es posible hablar de “normalidad” en Psicología; nadie puede considerarse a sí mismo totalmente “normal”. Hasta los grandes pensadores clásicos, artistas y reconocidos científicos han estado “locos de patio” en algún momento de su célebre existencia.
 La mente es frágil, en ella los sueños y las metas evolucionan a medida que pasan los años y en un abrir y cerrar de ojos se pueden desmoronar si en ese intertanto se mueve una sola pieza del rompecabezas; así de fácil. Rápidamente podemos pasar de una emoción a otra cuando vivimos el fracaso y la frustración, por lo que balancearse en los extremos de la conciencia es pisar un terreno peligroso que puede terminar por mostrarnos nuestro lado más oscuro en el momento menos pensado. Si nunca se termina de conocer a las personas que nos rodean ¿acaso podemos afirmar que nos conocemos bien a nosotros mismos?
 Para finalizar, me permito una reflexión respecto de la importancia que tiene para las sociedades la existencia de líderes de opinión y, por lo mismo, es necesario enfatizar en el  cuidado que debemos de tener  a la hora de seguirlos. En un mundo lleno de sensibilidades e inquietudes, se hace fácil captar un descontento colectivo y utilizarlo a favor para tocar la fibra de la gente. No por nada series como “La Casa de Papel” han sido tan populares y exitosas, esas en que los antihéroes se presentan como los “salvadores”, tal como pasó con el primero de ellos que conoce la historia; Robin Hood. Pero ojo,  la acción de mover a las masas  cuando el fin último no es precisamente beneficiar a esas mayorías resulta negativo y puede desencadenar en batallas peores de las que posiblemente sea imposible salir. El argumento de “Guasón” tiene mucho de ello. Y con esto termino ya que  de seguir sería justificadamente acusada de cometer spoilers. Quienes no la han visto, háganlo, no se arrepentirán.

1 comentario:

  1. Estimada.
    De lo escrito por ti, estoy de acuerdo en barrios temas, pero lo que más me sorprende es la admiración que está teniendo la gente con personajes,que claramente tienen rasgos antisociales , por ejemplo el joker, personaje con cero inteligencia emocional,lo cual a él le permite llegar a sus objetivos sin ningún miramiento al prójimo,cero respeto a sus iguales,no tiene discernimiento de lo correcto de lo incorrecto,el cual se aferra a una sociedad tan desigual para justificar sus acciones bestiales.
    Para finalizar me gustaría destacar que , la sociedad actual se refleja en este tipo de personajes,debido al individualismo,las desigualdades y la cero tolerancia al que tenemos a nuestro lado dígase padre,madre,novio,novia,hija,es decir nos estamos convirtiendo en unos joker

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