viernes, 28 de febrero de 2014

La Reputación está en juego: “Un Ensayo sobre el rol del periodista en la Cultura”





  Es común escuchar que los periodistas son personas muy cultas y que la carrera que los rige es completa y complementaria, y con razón.  Sin embargo, y desafortunadamente para mis colegas, muchas veces nos encontramos con algunos que consideran que es muy fácil estudiar y ejercer esta profesión, tildando a los comunicadores como ineficientes e ignorantes. Lamentablemente, existen muchos de estos profesionales que han desarrollado su rol de una manera que deja mucho que desear, llevando a un paulatino desprestigio del gremio.
         Las funciones originales de los medios de comunicación, cuna en la cual los periodistas realizaban su trabajo_ exclusivamente antes del boom de la Era Tecnológica y todo lo que ello implica _tales como informar, educar y entretener, han evolucionado hasta relegar la segunda a última prioridad. 

¿Cómo es posible que las noticias con más cobertura sean de temáticas que muy pocas veces aportan conocimientos o aprendizajes significativos? Ahora lo que les importa es cubrir las mejores recetas para Semana Santa, las vestimentas y hoteles para las mascotas, las “picás” de sopaipillas o mote con huesillo, los robos a cajeros automáticos o los famosos “portonazos” que si bien representan una desafortunada realidad de la delincuencia en Chile, ya es cosa de todos los días. ¿Acaso se han olvidado de la cita del escritor anglo-canadiense William Maxwell: “No es noticia que un perro muerda a un hombre pero sí que un hombre muerda a un perro”? Por si esto fuera poco, los destinos más paradisíacos para vacaciones también se han convertido en un tópico recurrente. Claro, cómo no, si la mayoría de los chilenos ¡viajamos al extranjero por lo menos dos veces al año!

Lo anterior ha pasado en todos los medios, pero de manera más notoria y recurrente en esta “caja negra” que es la televisión, la que paradójicamente es la vía más popular de “información”, puesto que llega a la mayoría de los hogares del país siendo los más fieles a esta, las personas con niveles socioeconómico y cultural inferiores. Por lo mismo y  desgraciadamente los noticieros centrales se enfocan principalmente en contenidos burdos, violentos, de ocio, voyeristas, etc. Un par de minutos de actualidad nacional y si es que, internacional, para darle casi la mitad del tiempo del programa a hablar de deportes, mejor dicho: fútbol.

Cómo no mencionar el resto del contenido de las parrillas programáticas de los canales de transmisión abierta; farándula, entretención y uno que otro programa cultural. ¿No era ese el objetivo de la llegada de la Televisión Digital? ¿Priorizar un mejor contenido por sobre la cantidad de canales en alta definición? Es cosa de encender el televisor en las mañanas para darnos cuenta de lo bajo que han caído los matinales, por ejemplo, cuando aparecen un montón de actores, modelos, cantantes y pseudo periodistas opinando de diversos temas como si fueran expertos_  no entiendo cómo aún no los llama la Nasa, por cierto_ Todo esto acompañado de ricos y contundentes desayunos (lo típico que tiene el chileno promedio en su mesa, obvio) mientras se ríen entre ellos_ con tallas internas que sólo entienden estos grupitos de “élite”_ como si estuvieran en la terraza de su propia casa.

Bajo este punto de vista, ¿Qué papel juega el periodismo? ¿En qué aportan a la cultura los medios masivos de comunicación?  Ambos conceptos están estrechamente relacionados, tanto que puedo afirmar que son copulativos por lo que uno no existe o no se concreta sin el otro, sin embargo, en la práctica esto no sucede así.

En teoría, los medios de comunicación deben aportar a la cultura pero en un mundo moderno que se ha vuelto cada vez más superficial y burdo esta premisa tiende a verse, para muchos, como una simple utopía.

         ¿Pero qué es cultura? Hay quienes atribuyen su significado a un conjunto de conceptos como valores, conocimiento, religión, política e idiosincrasia de un grupo, comunidad o país determinado. Sin embargo, ¿qué significa realmente esta palabra?

La definición de este complejo concepto se puede abordar desde diversas posturas, pues hasta el momento no existe una idea concreta y universal que permita satisfacer y unificar en un solo significado el criterio de todos. La cultura tiene diversas aristas que varían considerablemente entre unos pueblos y otros, y cómo no, si lo que para algunos países puede ser una demostración de ella el no botar basura en las calles, por ejemplo; para otros, este gesto es algo de lo más normal y no constituye un acto que refleje un atentado contra su moral y buenas costumbres.

Sin embargo, existe una concepción bastante acertada y global de este concepto, y es la que pertenece a la Organización de las Naciones Unidas para Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), la cual enuncia que: “...La cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. Gracias a ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones y crea obras que lo trascienden”.

Pero para  analizar el “Periodismo Cultural” es necesario tener una base de conocimiento respecto del significado de esta labor. La Real Academia Española define periodismo como “la captación y tratamiento, escrito, oral, visual o gráfico de la información en cualquiera de sus formas y variedades.

Para el sitio online Wikipedia, “el periodismo es una actividad que consiste en recolectar, sintetizar, jerarquizar y publicar información relativa a la actualidad. Para obtener dicha información, el periodista debe recurrir obligatoriamente a fuentes verificables o a su propio testimonio. La base del periodismo es la noticia, pero comprende otros géneros, muchos de los cuales se interrelacionan; como la entrevista, el reportaje, la crónica, el documental y la opinión”.

Es en esta última donde el periodismo Cultural ha encontrado su punto más álgido. Así es, porque dentro de la opinión, surge otro género que ha tomado bastante peso en la actualidad, el cual se difunde principalmente en columnas de diarios, revistas, blogs y RRSS de Internet: la crítica periodística.

El periodismo Cultural tiene un campo muy extenso y heterogéneo. Es por eso que resulta difícil abordarlo de manera transversal. En este género confluyen constantemente, y muchas veces por separado, estas dos aristas: "periodismo" y "cultura".

En su libro "Teoría y práctica del Periodismo Cultural", Iván Tavau lo define como "la forma de conocer y difundir los productos culturales de una sociedad a través de los medios masivos de comunicación, con lo cual, pretende promocionar eventos cuya esencia sean las artes y artesanía".

Para el periodista argentino, Jorge B. Rivera, este tipo de periodismo es una "zona compleja y heterogénea de medios, géneros y productos que abordan con propósitos creativos, críticos, reproductivos o divulgatorios los terrenos de las bellas artes, las bellas letras, las corrientes de pensamiento, ciencias sociales y humanas: la "cultura de las letras" ".

Lo anterior se acerca más a esta tendencia adquirida en Chile para hacer periodismo Cultural. A diferencia de lo que muchos creen, la crítica no es solo enjuiciar negativamente alguna muestra cultural como obras literarias, artísticas, cinematográficas o culinarias. El periodismo cultural en Chile ha encontrado en la crítica su medio más exitoso de difusión, en el cual puede opinar de una película, por ejemplo, y al mismo tiempo informar, al transmitir por esta vía, contenidos culturales.  

Sin embargo, la crítica es abordada generalmente desde el punto de vista de profesionales expertos en una materia determinada, que no siempre son periodistas, por la simple razón de que, para escribir respecto de una temática en particular, es necesario conocerla bien y dedicarse exclusivamente a ella. A pesar de esto, existen muchos comunicadores que han encontrado en este género su mejor fuente para  expresar sus opiniones de manera libre, sin ceñirse bajo ninguna línea editorial, como ocurre al depender de los medios de comunicación que la  imponen de manera obligatoria.
 
Es el caso de los free lance, que principalmente han encontrado en las herramientas de Internet como los blogs o sitios Web, una exitosa pantalla para difundir sus críticas y cubrir la cultura con el espacio que esta merece. Es así como se puede desprender que el periodista cultural debe abordar ciertos temas, pero sobre todo, hacerlo de manera tal que logre aplicar información al  receptor, para conseguir que este aprenda algo de su artículo, columna o reportaje, y a la vez, se internalice en la materia para sacar sus propias conclusiones.

El buen periodismo Cultural es el que es capaz de reflejar de la mejor manera las problemáticas de una época o situación determinada, de satisfacer demandas sociales concretas e interpretar la creatividad e ingenio potenciales del hombre o de una "cultura", para concretar en su público un bagaje de información completo y rico en contenido. 

Según los últimos estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), más de un 80% de los chilenos no entiende lo que lee, cifra desalentadora muy a mi pesar. Y aunque el precio de los libros es alto por los impuestos, no podemos justificarnos en ello. Internet no sólo sirve para ver videos, chatear, jugar o subir fotos que refuerzan autoestimas sino que también, si existiera voluntad, el sabelotodo “Google” dispone de muchos sitios donde podríamos descargar textos gratuitamente.  Con la comunicación oral el panorama no es muy distinto, en general, existen problemas de feedback en cualquier contexto social. Qué más podemos pedir si tampoco somos capaces de practicar una “Escucha Activa”. No nos entendemos en parte porque no sabemos escuchar.

En vez de andar preocupados de protestar a favor del pago de la deuda histórica de los profesores y de una Educación gratuita transversal (algo que encuentro válido aunque creo que serían muy pocos  quienes realmente quieren y merecen estudiar) los que hacen las leyes deberían preocuparse de fomentar la lectura y realizar propagandas que disminuyan las cifras anteriormente comentadas. Pero para variar, Chile no se caracteriza por ser la cuna de la “Meritocracia”, somos una sociedad mediocre en la que se fomenta la flojera y la comodidad. Estoy segura que muchos de los “estudiantes” que andan encapuchados cometiendo actos vandálicos y tomándose los colegios no lo hacen precisamente para realizar una mesa redonda de lectura colectiva sino que más bien para antros de “carrete colectivo”. Es más, muchos de ellos jamás han leído un libro y creo que con suerte, han descargado un resumen del famoso “Rincón del Vago”

Sería bueno que algunos diputados, de quienes no es necesario mencionar sus nombres, incentivaran a sus contendores a desarrollar el gusto por la lectura, no por nada deben leer y prepararse mucho a diario para estar donde están. ¿O será que tienen miedo de que les salga gente al camino? La frase de Nelson Mandela queda perfecta para este caso, “La Educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”. Una persona educada es un arma letal y de seguro eso no les conviene porque “un pueblo ignorante es fácil de manipular” ¿no?

No obstante la cruda realidad cultural de Chile, “la esperanza es lo último que se pierde”. No es en vano que los Mass Media son llamados el quinto poder después de la Publicidad que los gobierna, por cierto. Por lo mismo,  las RRSS son hoy una herramienta fundamental que  abrió un nicho muy importante para periodistas y comunicadores; aunque no han estado ajenas de la censura, aún permiten la ansiada “libertad de expresión”. No somos héroes ni cambiaremos el mundo pero debemos ver el valor que significa poder ser líderes de opinión y con ello lograr informar y educar a nuestros compatriotas.

Quienes gusten de esta forma de hacer periodismo deben tener presente que los que consumen sus trabajos siempre lo harán con la intención de aprender algo de ellos y del tema que están tratando, por lo cual, nosotros como profesionales de las comunicaciones estamos siempre expuestos a desafiar la ética Periodística. Tengan por seguro que para mí y muchos de mis colegas que nos gusta el área interpretativa y de opinión, la responsabilidad y criterio para realizar nuestros artículos es crucial y la clave está en mantenernos informados siempre ya que nuestra reputación está en juego.

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