Es común escuchar que los periodistas
son personas muy cultas y que la carrera que los rige es completa y
complementaria, y con razón. Sin embargo, y desafortunadamente para mis
colegas, muchas veces nos encontramos con algunos que consideran que es muy
fácil estudiar y ejercer esta profesión, tildando a los comunicadores como
ineficientes e ignorantes. Lamentablemente, existen muchos de estos
profesionales que han desarrollado su rol de una manera que deja mucho que
desear, llevando a un paulatino desprestigio del gremio.
Las funciones originales de los medios de comunicación, cuna
en la cual los periodistas realizaban su trabajo_ exclusivamente antes del boom de la Era Tecnológica y todo lo que
ello implica _tales como informar, educar y entretener, han evolucionado hasta
relegar la segunda a última prioridad.
¿Cómo es posible que las noticias con más cobertura sean de temáticas
que muy pocas veces aportan conocimientos o aprendizajes significativos? Ahora
lo que les importa es cubrir las mejores recetas para Semana Santa, las vestimentas
y hoteles para las mascotas, las “picás” de sopaipillas o mote con huesillo,
los robos a cajeros automáticos o los famosos “portonazos” que si bien representan
una desafortunada realidad de la delincuencia en Chile, ya es cosa de todos los
días. ¿Acaso se han olvidado de la cita del escritor anglo-canadiense William
Maxwell: “No es noticia que un perro muerda a un hombre pero sí que un hombre
muerda a un perro”? Por si esto fuera poco, los destinos más paradisíacos para
vacaciones también se han convertido en un tópico recurrente. Claro, cómo no,
si la mayoría de los chilenos ¡viajamos al extranjero por lo menos dos veces al
año!
Lo anterior ha pasado en todos los medios, pero de manera más notoria y
recurrente en esta “caja negra” que es la televisión, la que paradójicamente es
la vía más popular de “información”, puesto que llega a la mayoría de los
hogares del país siendo los más fieles a esta, las personas con niveles
socioeconómico y cultural inferiores. Por lo mismo y desgraciadamente los noticieros centrales se
enfocan principalmente en contenidos burdos, violentos, de ocio, voyeristas,
etc. Un par de minutos de actualidad nacional y si es que, internacional, para
darle casi la mitad del tiempo del programa a hablar de deportes, mejor dicho:
fútbol.
Cómo no mencionar el resto del contenido de las parrillas programáticas
de los canales de transmisión abierta; farándula, entretención y uno que otro
programa cultural. ¿No era ese el objetivo de la llegada de la Televisión
Digital? ¿Priorizar un mejor contenido por sobre la cantidad de canales en alta
definición? Es cosa de encender el televisor en las mañanas para darnos cuenta
de lo bajo que han caído los matinales, por ejemplo, cuando aparecen un montón
de actores, modelos, cantantes y pseudo periodistas opinando de diversos temas
como si fueran expertos_ no entiendo
cómo aún no los llama la Nasa, por cierto_ Todo esto acompañado de ricos y
contundentes desayunos (lo típico que tiene el chileno promedio en su mesa,
obvio) mientras se ríen entre ellos_ con tallas internas que sólo entienden
estos grupitos de “élite”_ como si estuvieran en la terraza de su propia casa.
Bajo este punto de vista, ¿Qué papel juega el periodismo? ¿En qué
aportan a la cultura los medios masivos de comunicación? Ambos conceptos
están estrechamente relacionados, tanto que puedo afirmar que son copulativos
por lo que uno no existe o no se concreta sin el otro, sin embargo, en la
práctica esto no sucede así.
En teoría, los medios de comunicación deben aportar a la cultura pero en
un mundo moderno que se ha vuelto cada vez más superficial y burdo esta premisa
tiende a verse, para muchos, como una simple utopía.
¿Pero qué es cultura? Hay quienes atribuyen su significado a un conjunto de conceptos como valores, conocimiento, religión, política e idiosincrasia de un grupo, comunidad o país determinado. Sin embargo, ¿qué significa realmente esta palabra?
La definición de este complejo concepto se puede abordar desde diversas posturas,
pues hasta el momento no existe una idea concreta y universal que permita
satisfacer y unificar en un solo significado el criterio de todos. La cultura
tiene diversas aristas que varían considerablemente entre unos pueblos y otros,
y cómo no, si lo que para algunos países puede ser una demostración de ella el
no botar basura en las calles, por ejemplo; para otros, este gesto es algo de
lo más normal y no constituye un acto que refleje un atentado contra su moral y
buenas costumbres.
Sin embargo, existe una concepción bastante acertada y global de este
concepto, y es la que pertenece a la Organización de las Naciones Unidas para
Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), la cual enuncia que: “...La
cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que
hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente
comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones.
Gracias a ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce
como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca
incansablemente nuevas significaciones y crea obras que lo trascienden”.
Pero para analizar el “Periodismo Cultural” es necesario tener una
base de conocimiento respecto del significado de esta labor. La Real Academia
Española define periodismo como “la captación y tratamiento, escrito, oral,
visual o gráfico de la información en cualquiera de sus formas y variedades.
Para el sitio online Wikipedia, “el periodismo es una actividad que
consiste en recolectar, sintetizar, jerarquizar y publicar información relativa
a la actualidad. Para obtener dicha información, el periodista debe recurrir
obligatoriamente a fuentes verificables o a su propio testimonio. La base del
periodismo es la noticia, pero comprende otros géneros, muchos de los cuales se
interrelacionan; como la entrevista, el reportaje, la crónica, el documental y
la opinión”.
Es en esta última donde el periodismo Cultural ha encontrado su punto
más álgido. Así es, porque dentro de la opinión, surge otro género que ha
tomado bastante peso en la actualidad, el cual se difunde principalmente en columnas
de diarios, revistas, blogs y RRSS de Internet: la crítica periodística.
El periodismo Cultural tiene un campo muy extenso y heterogéneo. Es por
eso que resulta difícil abordarlo de manera transversal. En este género
confluyen constantemente, y muchas veces por separado, estas dos aristas:
"periodismo" y "cultura".
En su libro "Teoría y práctica del Periodismo Cultural", Iván
Tavau lo define como "la forma de conocer y difundir los productos
culturales de una sociedad a través de los medios masivos de comunicación, con
lo cual, pretende promocionar eventos cuya esencia sean las artes y
artesanía".
Para el periodista argentino, Jorge B. Rivera, este tipo de periodismo
es una "zona compleja y heterogénea de medios, géneros y productos que
abordan con propósitos creativos, críticos, reproductivos o divulgatorios los
terrenos de las bellas artes, las bellas letras, las corrientes de pensamiento,
ciencias sociales y humanas: la "cultura de las letras" ".
Lo anterior se acerca más a esta tendencia adquirida en Chile para hacer
periodismo Cultural. A diferencia de lo que muchos creen, la crítica no es solo
enjuiciar negativamente alguna muestra cultural como obras literarias,
artísticas, cinematográficas o culinarias. El periodismo cultural en Chile
ha encontrado en la crítica su medio más exitoso de difusión, en el cual puede opinar
de una película, por ejemplo, y al mismo tiempo informar, al transmitir por
esta vía, contenidos culturales.
Sin embargo, la crítica es abordada generalmente desde el punto de vista
de profesionales expertos en una materia determinada, que no siempre son
periodistas, por la simple razón de que, para escribir respecto de una temática
en particular, es necesario conocerla bien y dedicarse exclusivamente a
ella. A pesar de esto, existen muchos comunicadores que han encontrado en
este género su mejor fuente para expresar sus opiniones de manera libre,
sin ceñirse bajo ninguna línea editorial, como ocurre al depender de los medios
de comunicación que la imponen de manera obligatoria.
Es el caso de los free lance, que
principalmente han encontrado en las herramientas de Internet como los blogs o
sitios Web, una exitosa pantalla para difundir sus críticas y cubrir la cultura
con el espacio que esta merece. Es así como se puede desprender que el
periodista cultural debe abordar ciertos temas, pero sobre todo, hacerlo de
manera tal que logre aplicar información al receptor, para conseguir que
este aprenda algo de su artículo, columna o reportaje, y a la vez, se
internalice en la materia para sacar sus propias conclusiones.
El buen periodismo Cultural es el que es capaz de reflejar de la mejor
manera las problemáticas de una época o situación determinada, de satisfacer
demandas sociales concretas e interpretar la creatividad e ingenio potenciales
del hombre o de una "cultura", para concretar en su público un bagaje
de información completo y rico en contenido.
Según los últimos estudios de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE), más de un 80% de los chilenos no entiende lo que
lee, cifra desalentadora muy a mi pesar. Y aunque el precio de los libros es
alto por los impuestos, no podemos justificarnos en ello. Internet no sólo
sirve para ver videos, chatear, jugar o subir fotos que refuerzan autoestimas
sino que también, si existiera voluntad, el sabelotodo “Google” dispone de
muchos sitios donde podríamos descargar textos gratuitamente. Con la comunicación oral el panorama no es muy
distinto, en general, existen problemas de feedback
en cualquier contexto social. Qué más podemos pedir si tampoco somos
capaces de practicar una “Escucha Activa”. No nos entendemos en parte porque no
sabemos escuchar.
En vez de andar preocupados de protestar a favor del pago de la deuda
histórica de los profesores y de una Educación gratuita transversal (algo que
encuentro válido aunque creo que serían muy pocos quienes realmente quieren y merecen estudiar)
los que hacen las leyes deberían preocuparse de fomentar la lectura y realizar
propagandas que disminuyan las cifras anteriormente comentadas. Pero para
variar, Chile no se caracteriza por ser la cuna de la “Meritocracia”, somos una
sociedad mediocre en la que se fomenta la flojera y la comodidad. Estoy segura
que muchos de los “estudiantes” que andan encapuchados cometiendo actos
vandálicos y tomándose los colegios no lo hacen precisamente para realizar una
mesa redonda de lectura colectiva sino que más bien para antros de “carrete
colectivo”. Es más, muchos de ellos jamás han leído un libro y creo que con
suerte, han descargado un resumen del famoso “Rincón del Vago”
Sería bueno que algunos diputados, de quienes no es necesario mencionar
sus nombres, incentivaran a sus contendores a desarrollar el gusto por la
lectura, no por nada deben leer y prepararse mucho a diario para estar donde están.
¿O será que tienen miedo de que les salga gente al camino? La frase de Nelson
Mandela queda perfecta para este caso, “La Educación es el arma más poderosa
que puedes usar para cambiar el mundo”. Una persona educada es un arma letal y
de seguro eso no les conviene porque “un pueblo ignorante es fácil de manipular”
¿no?
No obstante la cruda realidad cultural de Chile, “la esperanza es lo último
que se pierde”. No es en vano que los Mass
Media son llamados el quinto poder después de la Publicidad que los
gobierna, por cierto. Por lo mismo, las
RRSS son hoy una herramienta fundamental que abrió un nicho muy importante para periodistas
y comunicadores; aunque no han estado ajenas de la censura, aún permiten la
ansiada “libertad de expresión”. No somos héroes ni cambiaremos el mundo pero
debemos ver el valor que significa poder ser líderes de opinión y con ello
lograr informar y educar a nuestros compatriotas.
Quienes gusten de esta forma de hacer periodismo deben tener presente
que los que consumen sus trabajos siempre lo harán con la intención de aprender
algo de ellos y del tema que están tratando, por lo cual, nosotros como
profesionales de las comunicaciones estamos siempre expuestos a desafiar la
ética Periodística. Tengan por seguro que para mí y muchos de mis colegas que
nos gusta el área interpretativa y de opinión, la responsabilidad y criterio
para realizar nuestros artículos es crucial y la clave está en mantenernos
informados siempre ya que nuestra reputación está en juego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si estás de acuerdo conmigo házmelo saber y si no, cuéntame por qué. Me interesa tu opinión.