miércoles, 5 de marzo de 2014

Radiografía de Venezuela a un año de la muerte de Chávez




    Hoy se cumple un año desde que el actual presidente de la República Bolivariana, Nicolás Maduro, anunciara con un nudo en la garganta la muerte de su antecesor, el líder venezolano Hugo Chávez, quien falleció por un cáncer terminal con el cual batallaba desde 2011. Considerando la gran crisis que atraviesa el país y la inminente guerra civil que se ha desatado, estos doce meses pareciera que son años. 

   Si bien, la ideología de este polémico personaje revolucionario ganó miles de adeptos, lo cierto es que a través de su mano derecha; a quien designó en vida para ser su sucesor, Nicolás Maduro, este legado político ha aumentado considerablemente el número de sus enemigos. 

   Lo anterior se origina, entre otras cosas, por las cuestionadas elecciones presidenciales que lo definieron como Presidente el 14 de abril del año pasado, a pesar de que la campaña de su oponente, Enrique Capriles, tenía una considerable ventaja; lo que provocó los primeros enfrentamientos de chavistas y opositores en las calles de Caracas. 

   En medio de estas irregularidades electorales, surgió otro hito que agudizaría la situación política: la venta del único canal de televisión abierta que quedaba en el país. Me refiero a Globovisión, esto, porque según su dueño, mantener este medio era ”inviable económica y jurídicamente”. Y cómo no, si dado el panorama político que traería la continuidad de un régimen chavista a manos de Maduro, seguir con la intención de hacer valer la poca dignidad que le quedaba a la libertad de prensa, no lograría más que aumentar la tensión. 

   Con esto, los opositores tildarían a los nuevos dueños como “los empresarios del chavismo”, apodo acertado según mi punto de vista, pues a partir de esta adquisición bajó en gran parte el tono de las emisiones de carácter político en la estación televisiva, así como también las publicaciones en el portal de Internet. 

   A mediados de 2013 en un intento, creo yo, por bajarle los humos al acalorado ambiente que se vivía, casualmente se reúnen en una audiencia privada Maduro y el Papa Francisco. 

   Así es, el mismo que representa en el mundo la imagen de un mesías del cambio, un Pontífice liberal, mejor conocido como “el papa revolucionario”. No es para dudar que los máximos jefes de la Iglesia Católica han sido siempre íconos de bondad y justicia, personas que son vistas por sus fieles como ejemplos a seguir y sus palabras tienen un gran nivel de influencia tanto para los devotos, como para quienes se dicen creyentes. 

   Por lo anterior, me parece importante cuestionar lo mucho que pudo haber ayudado a Maduro tener una conversación de corte político y social con esta figura, eminencia del mundo cristiano, y aún más, que su pueblo lo viera junto a él. Es que no es menor la importancia de una reunión así. Cabe recordar la aclamada visita de Juan Pablo II a Chile en 1987, cuando evitó que estallara una inminente guerra entre mi país y la vecina Argentina. 

   Con respecto a la discusión generada por el estrecho margen que separó a Caprile de sus ansias por enderezar a Venezuela, lamentablemente terminó por ganarla el mundo chavista. A principios de agosto del año pasado la Sala Constitucional rechazó la demanda del opositor para anular los resultados que le entregaron la banda presidencial a Maduro. Esto, por considerar poco específicas las irregularidades de las que se acusaba al recién asumido mandatario, lo cual por supuesto siguió empañando las relaciones entre adeptos y enemigos del gobierno. 

   Sin embargo, lo que a mi parecer marcó profundamente el antes y el después de la situación política de Venezuela, fue el anuncio que Maduro hizo en septiembre de 2013. El país dejaría de ser parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), argumentando que esta Corte perseguía a los gobiernos de izquierda latinoamericanos. 

   Es en este punto que me pregunto. ¿Maduro veía las mismas películas que Chávez?, o bien, ¿fumaban del mismo? Digo, porque si es capaz de asegurar que hay un complot de un organismo tan serio como es la CIDH, que se supone, vela por todas las naciones hermanas, sean del color político que sean; entonces sí, veían las mismas películas y juntos más encima. 

   Es que en verdad esta situación me hizo recordar la retorcida idea del “QEPD” Chávez con respecto a que EE. UU indujo su cáncer por métodos ultra modernos de tecnología. Por favor. Está bien que el país del norte sea el “big boss” del mundo, el más poderoso, pero tampoco son dioses. Es más, con esta visión “anti yaquis”, su intención por acabar con el “país de la libertad”, lo único que logra es justamente todo lo contrario. Es decir, odian a los norteamericanos, quieren acabar con ellos y su influencia, pero con estas aseveraciones enaltecen a este país, lo sitúan como un “superman”, les atribuyen poderes sobrehumanos, casi como si fueran extraterrestres. Es más, con esta actitud aumentan el nivel de superioridad que tienen los gringos.  O sea, por Dios. ¿No será mucho? 

   No obstante, como es de saber, "la realidad supera la ficción”. ¿Quién sabe si Çhávez en verdad se creía el cuento de que el ex presidente de Norte América, George W. Bush era el mismísimo innombrable?. Quizá realmente sintió ese olor a azufre, que finalmente alteró sus neuronas y su imaginación. Nunca se sabe. 

   Siguiendo con la misma línea, en octubre Maduro mandó a expulsar a Kelly Keiderling, encargada de negocios de Estados Unidos, acusándola de practicar sabotaje económico. Ya con este escenario las cosas se pondrían cada vez más negras. Maduro terminaba por sacar las garritas que tenía escondidas como monigote de Chávez, antes de asumir el poder. 

   Pero no sólo surgían para Maduro enemigos de corte político, pues la decadente economía que sufría el país llevó a que el mundo empresarial le declarara la “guerra económica” al gobierno. Lo anterior generó que los legisladores chavistas aprobaran los llamados “super poderes”, con los que durante un año el jefe de Estado tendría atribuciones especiales, con la excusa precisamente de combatir esta crisis monetaria. 

   Sin embargo, sin intención en absoluto de justificar a Maduro, esta grave crisis financiera se venía forjando cuando éste aún era ministro de Chávez. Muchos analistas aseguran que hubo dos decisiones del ex Presidente, que desencadenaron el inestable escenario que se vive hoy. 

   Primero, en 2012, año electoral en Venezuela, el gasto social se multiplicó para beneficiar al sector más pobre, principal adepto de Chávez. Por lo tanto, las arcas fiscales se vaciaron y el gobierno bolivariano terminó por quedar sin liquidez. Segundo, en consideración a la política cambiaria de Venezuela, que también “gracias” a las ideas de Chávez, a partir del 2003, el único que podía disponer a diestra y siniestra de los dólares es el Estado y, teniendo en cuenta, además, que la mayoría de los productos que se consumen en el país se importan, en gran parte, por empresarios opositores; el panorama económico no podría estar peor. Por lo tanto, si a esto se suma la falta de esta divisa en la caja fiscal, lo menos que podría pasar era un desabastecimiento. Con ello, las colas para adquirir canastas básicas de alimentos, tal como ocurrió con Allende en Chile antes del Golpe Militar, se hacían cada vez más largas. Y no sólo eso, Maduro y su equipo político no tardarían en culpar al empresariado de especular y esconder la mercadería, como también se decía de los opositores a Allende. 

   Siguiendo con el conflicto político social, la competencia entre chavistas y opositores continuaría aumentando hasta llegar al violento panorama que vemos hoy. En diciembre de 2013 se desarrolló un gran plebiscito para las elecciones municipales, con la intención, por supuesto, de contar con la legitimidad que estaban perdiendo. Sin embargo, no tuvieron suerte esta vez y el oficialismo se impuso en más de la mitad de los municipios, principalmente rurales, mientras que los “demócratas”- si se puede llamar así a los partidarios de Maduro-, se impusieron en las grandes ciudades. 

   Lo anterior preocupó aún más a Maduro y cómo no, si el poder que tanto ansiaba se le estaba yendo de las manos. Entonces, “se le alumbró la ampolleta” y se le ocurrió nada más y nada menos que la tajante idea de crear la “Superintendencia de Precios Justos”, que de justo no tendría nada. Es más, su objetivo era obligar a los comerciantes a reducir los valores de la mercadería, dando plazo hasta febrero para cumplir con su mandato. Además, amenazó a los empresarios proveedores con expropiarlos e, incluso, encarcelar a quienes se opusieran a dicha normativa. Todo esto según él para contener la inflación cercana al 57%. 

   Lo anterior fue la gota que rebalsó el vaso. El pasado 12 de febrero, aprovechando la celebración del “Día de la Juventud”, estudiantes salieron a protestar a favor de más seguridad y estabilidad económica. Lo que comenzó como una revuelta universitaria terminó por adherir también a la oposición. Para frenarlos, Maduro envió a la Guardia Nacional, lo que provocó aún más revueltas populares, luego que tras la represión tres personas murieran y decenas resultaran heridas. 

   Desde ese día a la fecha el saldo de muertos alcanza una veintena, cientos de heridos y más de 500 personas encarceladas. A pesar de todo las urnas de Venezuela siguen dándole preferencia al gobierno. Si bien es cierto que desde 1998 la pobreza disminuyó un 50%, además de que cuentan con educación y salud gratuitas, no hay que vivir del pasado. “Lo barato sale caro”, y bien que lo está pagando el pobre pueblo de Venezuela hoy, por eso me resulta increíble que sigan en su mayoría respaldando la ideología chavista a través de Maduro. ¿Falta de información en la gente? ¿Amnesia? Digo, porque suele suceder...

   Ante tan complejo panorama se hace indispensable que la Organización de Estados Americanos (OEA) se haga presente. Sin embargo, su secretario general, mi compatriota José Miguel Insulza, ex ministro de Relaciones Exteriores de Eduardo Frei Ruiz-Tagle,( hijo de Eduardo Frei Montalva , forjador de la Falange Nacional, hoy llamada Democracia Cristiana), afirmó que “no hay ruptura de la democracia” por lo cual no es necesario intervenir, pero sí enviar una misión. 

   Lo anterior resulta paradójico pues tal como ocurrió en 2012 con la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Siria, sabemos que no sirvió para frenar los atentados contra los derechos humanos, es más, empeoró la situación. Además, resulta inconsecuente la afirmación del también ex ministro del Interior de Ricardo Lagos, puesto que siendo parte de la ex “Concertación”, ahora llamada “Nueva Mayoría” junto a Michelle Bachelet- quien asume el próximo lunes su segundo mandato- es inadmisible la postura de “no intervenir”. 

   ¿Cómo es esto posible? Es inadmisible que, viniendo de una trayectoria política “pro derechos humanos”, y de un sector en el que los anteriormente nombrados participaron de manera activa por la restitución de la democracia en Chile durante y posterior al gobierno de Augusto Pinochet, se niegue a defender lo que tanto protegió años atrás con sus pares.

    ¿Es que lo anterior se debe a que en el caso del ex Presidente Pinochet, estamos hablando de un “dictador” de derecha? No tendría que existir el mismo trato independiente del color político? Así es, pasa igual que con Cuba, que a mi gusto es una “tiranía comunista” formada por el desaparecido Fidel Castro- quien por cierto fue muy cercano a Allende- y la que hoy lidera su hermano Raúl. ¿Es por eso que jamás fue enjuiciada abiertamente por la izquierda chilena?. 

   Entonces con tantos cuestionamientos, es posible seguir preguntándome: ¿Acaso los derechos humanos son sólo para un sector? Queridos petaquitos, lo dejo a su reflexión.

lunes, 3 de marzo de 2014

Sexualidad Precoz

  “Ahora la virginidad es una cosa medieval”. Popular frase que acuñó el exitoso grupo roquero chileno “Los Prisioneros” en su tan bullado éxito “Sexo”, hace más de 20 años. Pero, ¿qué tan acertadas son estas palabras? Si bien estamos en el siglo XXI y la época en la que abundaban las solicitadas doncellas quedó atrás; aún hay personas, sobre todo, mujeres, que valorizan y cuidan esta condición de “pureza”. Para qué hablar de los hombres que, aunque aparenten ser modernos, la mayoría tiene en el fondo rasgos machistas: podrán “sabérselas por libro” pero siempre esperan que su mujer sea una santa-al menos en Chile sigue siendo así-. Paradójico. 


Pero el tema que nos convoca no es principalmente la virginidad, o castidad en el caso de los varones, más bien; en cómo se enfrenta el comienzo de la etapa sexual en la sociedad. ¿Existe una edad ideal para la iniciación? ¿Es preferible esconder la verdad de cómo vienen los bebés al mundo hasta la pubertad y antes de ello contarles a sus hijos el mito de la abejita o la cigüeña? ¿Es sano que aún existan padres para los cuales el sexo es una palabra prohibida? ¿Se debe hablar en familia de la sexualidad sin tapujos y con transparencia? ¿Ser estrictos y poco permisivos como padres es la solución al problema? Lo anterior ¿evita que los niños cometan errores por actuar como adultos sin serlo?
            Hace ya algunos años se daba, al menos en mi país, que las muchachas de bien- y con ello me refiero a una condición económica acomodada- de familias conservadoras y extremadamente católicas, experimentaban de todo antes de casarse, excepto el coito mismo. Y por ello, seguían manteniendo “la flor” intacta, a su parecer. Por el contrario, en sectores más humildes eran comunes los embarazos adolescentes, incluso en la actualidad; aunque gracias a incansables campañas de protección sexual que han promulgado los gobiernos, se ha disminuido considerablemente la cifra.                    
            Mi punto no es comentar respecto de una falta de educación sexual y la gran brecha social que existe entre ricos y pobres, pues sería más de lo mismo: repetitivo y cliché. Más bien, insisto, me interesa abordar el dilema social que existe en mi país y otros; igualmente muy distantes del alocado estilo europeo, respecto de cómo enfrentar el debut sexual cada vez más precoz en los niños y adolescentes.
            En lo particular, vengo de una familia conservadora, tanto por parte de mi madre como de mi padre. Sin embargo, he tenido la suerte de que quien me parió me ha preparado para enfrentar la vida en todos los aspectos, por lo cual, en mi casa el sexo jamás fue un tema tabú. En gran parte gracias a ello, soy dueña de una personalidad que me ha permitido tener claritas las cosas desde pequeña.
            Pero lamentablemente no todos tenemos esa suerte. Tuve amigas y compañeras de colegio que pertenecían a hogares en donde no se podía ni nombrar el miembro sexual masculino. Tal cual, algunas de ellas fueron educadas tan “chapadas a la antigua”, que ni si quiera tenían permiso de pololear a los 15 años. Grave error, es que aún hay gente que cree que negándoles a los púberes y adolescentes la posibilidad de vivir experiencias propias de su edad, pueden evitar que sus hijos se tropiecen con mil piedras en el camino. No, pues tal como siempre me dijo mi madre, “lo prohibido es lo más querido”. Además, por más que nos digan que si pasamos por un camino “X” nos vamos a caer, el ser humano es terco y siempre va a querer vivir su propia experiencia; aunque por ello termine todo moreteado y sin dientes. 
            Lo anterior puede generar distintos perfiles en los niños, sobre todo, en las mujeres, víctimas de una sociedad y cultura machistas _a pesar que con el tiempo las protestas feministas han hecho lo suyo para disminuir en algún sentido estas creencias_ Lo primero, es que pueden crecer traumadas e incapaces de enfrentarse al mundo y al sexo opuesto, pecar de ingenuas y terminar por acostarse con el primer hombre que les promete amor eterno; segundo, se revelan y hacen de las fiestas, el alcohol, las drogas y el sexo una filosofía de vida. Está bien, nunca tan extremo, pero pasa. Conocí chicas que vivieron algo similar al primer caso y también otras que se desbandaron hasta el punto de ser catalogadas con el típico y literal concepto de “tiras calzón”, o bien, “que les gusta reírse en la fila”, para ser más suave y no herir susceptibilidades. 
Y no crean que se estaba pasando por alto el último de mi lista, pero por supuesto no menos importante.  Digamos que existe un cierto rasgo que podría ser considerado, al menos para mí, como el peor de todos, al que llamaremos: “Factor Mojigatería”. Así es, aquellas niñitas que se hacen las santas delante de sus padres y cuando no están en casa se vuelven “loquitas”. Las mismas que aparentemente “no quiebran un huevo y lo hacen por docena” “las que no matan ni una mosca” y son asesinas a sueldo. Está bien lo admito, de vez en cuando exagero, pero no pueden negar que lo anterior, aunque extremo, tiene mucho de cierto. En lo personal, prefiero ir de frente por la vida y ser auténtica, aunque a veces se mal interprete y terminen ellas “libres de polvo y paja”, a pesar de que son quienes realmente andan haciendo de las suyas.
            En fin, estos perfiles se deben en gran parte a la formación y crianza que se les da a muchos adolescentes en distintos tipos de situaciones: hogares en los que no se conversan las cosas, autoritarios y dictatoriales, con padres que no entregan la confianza que sus hijos necesitan; no los escuchan, le dan prioridad al trabajo y privilegian su rol proveedor más que el de educadores, etc. Pasa mucho también que se les otorga esta responsabilidad directa y exclusivamente a los colegios, cuando la principal guía que debe existir parte en la misma casa. Pero bueno, no los culpo, por el contrario, cada hogar es un mundo distinto y no somos quiénes para juzgar si un jefe de hogar antepone la estabilidad económica de su gente antes que darse tiempo de calidad para conversar con ellos de lo que sea, la inmortalidad del cangrejo, por ejemplo…
            Es verdad que a nadie se le enseña a ser padres y en mi caso aún no tengo la experiencia de serlo, no obstante, ante esta difícil misión muchas veces se opta por los extremos que como dicen, nunca son buenos: O son demasiado estrictos o muy permisivos llegando a confundirse en este último caso la libertad con el libertinaje. Por lo tanto, como todo en la vida, pienso que en los puntos medios está la clave. Dar y recibir por parte de los padres y de los hijos: Así como exigimos derechos también debemos cumplir con deberes; esto es ley para cualquier tipo de convivencia. 
Ser comprensivos, pero también exigirles a sus hijos y enseñarles que “las cosas y los permisos se ganan”. Jamás “dar hasta que duela”. La frase célebre del padre Hurtado no califica para estos casos, como bien dice Franco de Vita en uno de sus tantos éxitos: “No basta porque cuando quiso hablarte de sexo, se te subieron los colores al rostro y te fuiste”. Fuerte pero real.
            Pasando a otro punto. ¿Existe o no una edad adecuada para comenzar una vida sexual activa? Biológicamente, el ser humano termina la etapa de desarrollo cien por ciento a los 21 años. Ahora bien, si tomamos lo anterior como condicionante disminuiría la natalidad y el uso de anticonceptivos significativamente, además, de que por la cualidad que tiene el hombre de ser un “ser sexuado” desde que nace, esto sería prácticamente imposible. Es claro que el común de la gente a esa edad lleva como cinco años de “carrete” en el cuerpo sino más. Sin embargo, se puede considerar más aceptable que esto ocurra en la mayoría de edad (18). Esto, por lo general, puesto que el riesgo de ser padres al mismo tiempo que van al colegio y de que, por ende, existan “niños criando niños”, es menor. 
             En todo caso, según he escuchado a algunos médicos, la mayoría de edad universal (21) es la etapa en la que las hormonas han concluido eficazmente su desarrollo, por lo que es más loable poder disfrutar de una sexualidad sana y plena. Al menos, si de un ideal se trata. Lo sé, resulta utópico en estos tiempos, y ahí voy de nuevo con mis frases populares: “La esperanza es lo último que se pierde”.
             Siguiendo en la misma línea, lo realmente preocupante, al menos para mí, es la incorrecta percepción que se tiene de que a partir de la edad núbil los niños están preparados fisiológicamente para tener relaciones sexuales ¡Dios mío dame paciencia por favor! Muchas niñas menstrúan por primera vez antes de los doce, y no por eso están en condiciones de jugar al matrimonio “Barbie y Kent” en persona con sus amiguitos de barrio o escuela. En el caso de los niños, el primer sueño húmedo o su primera erección se dan aproximadamente a los 11 o 12 años. ¿Y por eso están preparados para intimar? Por favor, si con suerte les está comenzando a salir vello púbico. No se debe confundir que, porque ahora las niñas desarrollan sus curvas de mujer más temprano que en años pasados debido a las hormonas que les inyectan a los pollos o simplemente por una acelerada evolución biológica, significa que por ello se adelanta también su madurez, es más, se pueden ver como mujeres por fuera, pero siguen siendo niñas por dentro.
            Aunque suene chistoso. La realidad es así. Cada vez es más común que los niños dejen de lado los juguetes, computadoras o video juegos por el placer de tener sexo. Claro, si es que se puede llamar placer a lo que surge de este experimento que hacen con sus cuerpos recién en desarrollo. Y bueno, esto se debe en parte a la globalización, la tecnología, lo que muestra la televisión, el destape de los medios de comunicación, etc. Es verdad que los tiempos han cambiado y lo seguirán haciendo, pero no por eso se deben justificar tales acciones.
            Y no sólo me refiero a que son muy pequeños para tener ese tipo de relaciones sino a que la “primera vez” puede marcar para siempre la vida sexual de una persona. Sobre todo, en el caso de las niñas que pierden su virginidad a tan corta edad. Según algunos estudios de psicología infantil que he leído, a la mayoría de ellas les costará mucho tener relaciones sexuales plenas o conocer lo que en verdad es un orgasmo. Cómo no si casi siempre sus primeras experiencias han sido a la rápida, siendo inexpertas, por lo que generalmente terminan confundidas y no son capaces de asimilar lo que hacen. Muchas veces debido a su inocencia caen víctimas de la absurda “prueba del amor”.
            Con los niños sucede lo mismo, a pesar de que no ven la castidad con igual importancia o sentimentalismo que las niñas dada su naturaleza más carnal, también ocurre en algunos casos que cuando crecen se dan cuenta del error que cometieron y se arrepienten por haber actuado de manera precipitada, cuando conocen el amor o comienzan una relación importante, por ejemplo.

            En conclusión, hacer del sexo, algo tan natural e inherente al hombre, un tema tabú es un error. El hablar con transparencia puede disminuir esa curiosidad de probar lo desconocido o de enterarse por terceros de la realidad, cuando muchas veces resulta peor. Qué mejor que los hijos tengan las cosas claras y si llegan a cometer errores lo hagan a sabiendas de los riesgos que ello implica. Si “meten las patas” no podrán culpar a los padres por no haberles informado y tendrán que saber responder, si la ocasión lo amerita, por hacer “cosas de grandes” precipitadamente. Si esto ocurre a pesar de haberles brindado a sus hijos esa ansiada confianza, no se cuestionen, por algo Dios le dio al hombre libre albedrío. Finalmente, todos somos distintos, personas únicas e irrepetibles, que venimos al mundo para vivir nuestras propias experiencias las que, por cierto, y por una serie de realidades y contextos distintos, jamás serán iguales a las de los demás.

sábado, 1 de marzo de 2014

Elkika Ilmenau


        Si creían que eran famosos sólo por su cerveza artesanal están equivocados. Es que el legado alemán es mucho más que esta bebida alcohólica, que los misteriosos chinchineros o la extrema ideología neonazi. Su comida también es especial y eso bien lo representa Elkika , una shopería ubicada en el corazón del barrio Tobalaba en la comuna de Providencia.



¿Quién no ha escuchado alguna vez la buena combinación de cervezas y sandwiches? ¿A quién no le gusta darse de vez en cuando un gustito por el placer culpable de una buena y abundante comida chatarra? Esto y mucho más es lo que pueden encontrar quienes visiten “ Elkika Ilmenau”: Un local que no sólo tiene nombre alemán sino que basa todo su concepto en la idiosincrasia alimenticia de los nórdicos y en una ambientación casi sacada de un cuento de duendes. 

    Así como lo lees, esta fuente de soda tiene un estilo particular. El que la visite podrá disfrutar de un buen espacio interior que adornan con colecciones de vasos shoperos, decoraciones épicas y una cómoda terraza, transportándote a la vieja Alemania, tanto así que se sentirán como si estuvieran en un clásico boliche de antaño. Todo esto en un ambiente informal que resulta perfecto para relajarse con los amigos, sobre todo, en estos tiempos en que el estrés se ha convertido en una pandemia.

    La comida alemana se sirve en grandes porciones y aquí lo saben muy bien. Para qué hablar de la especialidad de este resto bar cervecero, el néctar de los jóvenes, el licor más popular y consumido en el mundo. Ni más ni menos, en esta fuente de soda la variedad de sus cervezas le brinda su mayor éxito. 

   Está demás recalcar que mis palabras no son simples signos de una“chupa medias” pues créanme, no lo soy. Yo opino con autoridad porque como dicen por ahí, es mejor “ver para creer”, es por eso que siguiendo este sabio refrán y cansada de escuchar tantos comentarios y piropos al local, me decidí por ir a visitarlo, obviamente para comprobar si realmente es tanta la maravilla, por qué otra cosa ¿no?

  ¿Mi impresión? Digámoslo así, mi paladar es un tanto quisquilloso y como en la vida he sido afortunada en cuanto a experiencias culinarias, la verdad es que llegué un tanto escéptica al lugar. Pedí la carta y si digo que me demoré diez minutos en escoger algo, es poco. Okey, lo reconozco, pocas veces en la vida he podido comer delicias rápidas sin cargo de conciencia; y entre que pensaba en las calorías que se irían directamente a mis pompas y que me costaba elegir entre tanta exquisitez tuve que decirle tres veces al mesero que tomaría mi pedido, que aún no estaba lista. Pooobre, de seguro me odió.

  En fin, cuando vi los precios de la lista de comidas me pareció que, en comparación con otros locales que he tenido el gusto de visitar, los valores de los lomitos, churrascos o completos estaban por sobre la media. 

   Pero eso no sería problema, pues de todos modos no me iba a ir antes de analizar detalladamente el "exitoso" lugar. Luego de más de 20 minutos de espera por fin llegó mi pedido. Fue en ese momento que comprobé que el precio se justifica ante la combinación proporcional de “calidad y cantidad”. Claro porque me ha tocado también pagar mucho por algo que supongo me quitará el hambre y las porciones de otros restaurantes me han quedado literalmente en una muela. Y no es que sea golosa, no, bueno a veces sólo un poquito. 

  Tomando en cuenta que el sector donde se encuentra Elkika lo frecuentan generalmente ejecutivos, oficinistas y jóvenes universitarios, tampoco podemos esperar que el precio de un completo sea igual al del barrio República, por dar un ejemplo.

   Lo que sí llamó mi atención es que para ser un concurrido local en el corazón de Providencia, no tenga más variedad de alcohol en su carta aparte de las cervezas. Porque claro, será una gran alternativa para paliar la sed, tendrá historia y todo lo que quieran, pero en lo personal, jamás le he encontrado algún brillo ni a la rubia, ni a la morena ni a la roja. En cosa de gustos no hay nada escrito petaquitos míos, así que no me odien por despreciar el “licor del pueblo”. Me da igual si es alemana, rusa o argentina, simplemente no me gusta la cerveza y punto.

   En fin, yo que ganas tenía de un happy hour, me tuve que conformar con un juguito natural de mango, que en todo caso estaba bastante rico.

   Así que ya saben los que aún no tienen el gusto de conocer Elkika, y quieran visitarlo por primera vez les advierto que la única bebida alcohólica que ofrece es la cerveza, de todo tipo, color y sabor; con convenientes precios y ofertas “dos por uno”; pero nada más, lo que hace que, por supuesto, se reduzca una importante cantidad de clientela que como a mí, no nos gusta. Bueno no tanto, si tengo claro que la popular “chela” es para muchos un manjar.

    Pero como no sólo de lomitos y cervezas vive el hombre, Elkika ofrece también platos típicos alemanes, los buenos hot dogs y las tradicionales papas fritas sazonadas con una rica mayonesa “hecha en casa”. Atentos los ecologistas y pro animales porque también hay menús para los más exigentes: comida vegetariana y casera.

   Con más de cincuenta años de experiencia, Elkika se traduce en un buen panorama para compartir con los amigos después de un ajetreado día de trabajo,  o bien,  para convertirse en la “picá” del bajón después de un buen carrete de tarde.

   Quienes se tienten y quieran comprobar con su propio paladar lo que les cuento, deben saber que como goza de una ubicación privilegiada generalmente está lleno, por lo que encontrar una mesa desocupada es toda una hazaña. No por nada se tardan hasta treinta minutos en entregar el pedido, si es que no más, aunque como dicen por ahí, la espera vale la pena. Así que a tener paciencia se ha dicho, que cuando vean en su mesa unos grandes sándwiches con la carne rebosante se les hará agua la boca y les aseguro, no se arrepentirán.

  En Hernando de Aguirre 47, a pasos del metro Tobalaba, se encuentra el que desde ahora en adelante será otro de mis destinos favoritos de comida rápida para reunirme con mis amigos o colegas. Y como no, si gracias a mi maldito vicio por el cigarrillo, amé la rica terraza que tiene para los que prefieren también el aire libre, el contacto con el ruido de la calle bulliciosa o de uno que otro artista callejero que acompañará tu velada.

  Elkika está abierto de lunes a sábado hasta las dos de la mañana. Los precios fluctúan entre cuatro y seis mil pesos en los sándwiches y un poco más en uno que otro contundente plato de pernil, escalopa, churrasco a lo pobre o papas fritas caseras. Está demás decir que es totalmente recomendable, sin embargo, creo y afirmo que “la experiencia es la madre de todas las ciencias”, así que es mejor que sean ustedes mismos quienes juzguen la mano del cocinero o la buena cepa de sus cervezas.